Saber programar sigue siendo una asignatura pendiente en 2022 a pesar de que la digitalización transforma las sociedades de manera constante. Internet y los dispositivos móviles son herramientas cotidianas para la mayoría de la población. En 2020, España contabilizó más de 42 millones de usuarios de internet, de los cuales el 97.8% navegó en la red a través de teléfonos inteligentes.
Diferentes niveles de competencia digital
En la actualidad, tareas básicas como buscar información, realizar transacciones o relacionarse con instituciones públicas o el sector privado requieren un conocimiento básico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). No obstante, el marco de referencia europeo de las competencias digitales para la población abarca mucho más. Desde gestionar la identidad digital (nivel intermedio), a resolver problemas o usar la tecnología de forma creativa (nivel especializado), pasando por conocimientos como saber programar (nivel avanzado).
En un artículo publicado en El País, Francisco Vico, catedrático de Inteligencia Artificial de la Universidad de Málaga (UMA), afirma que “solo el 1% de la población española tiene nociones de programación. Y debe cambiar: programar es hoy casi tan importante como leer y escribir”. Vico apuesta por un modelo social donde la población no solo consuma tecnología, sino que también sea capaz de crear programas y aplicaciones. Con una visión centrada en la educación, Vico desarrolló la herramienta gratuita Toolbox.Academy. Esta iniciativa está destinada a fomentar la alfabetización computacional para que la población escolar aprenda a programar. Toolbox.Academy cuenta con más de 24.300 estudiantes registrados y se ha implementado en casi 550 centros educativos en España.
Vico, junto a la asociación Naim y la Diputación de Málaga, también ha creado Código Rural. Se trata de un proyecto que lucha contra la despoblación y está dirigido a titulados de FP y universitarios. El objetivo es enseñarles a programar y ofrecer metodologías y herramientas digitales para que puedan desarrollar su carrera profesional en poblaciones de menos de 20.000 habitantes.
Una deficiencia estructural
Estas iniciativas surgen de las necesidades derivadas de la transformación digital, aunque también de las carencias del sector educativo y empresarial. A pesar de proyectos como Toolbox.Academy, la enseñanza tecnológica en los centros educativos españoles es muy escasa. Por otro lado, el nivel de competencias digitales en el ámbito empresarial también está lejos de los niveles deseables. Un estudio realizado por la consultoría Kantar en 2016, ponía en evidencia como el 75% de las empresas españolas estaban por debajo del índice de competencia digital. Ante estos datos es imperativo que los trabajadores reciban formación digital de forma periódica en su entorno laboral. Solo con una plantilla bien formada es posible potenciar la transformación digital en las empresas.
La pandemia del COVID-19 ha acelerado los procesos de digitalización subrayando sus fortalezas. No obstante, las carencias también se han hecho visibles; especialmente en el ámbito educativo y empresarial. La digitalización debe empezar en edades tempranas y requiere la actualización de algunos sectores de la población adulta. Aprender a programar – aprender el lenguaje de los ordenadores- es un aspecto esencial de la digitalización. Así pues, en materia de competencias digitales, aún queda camino por recorrer.
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